Actitudes. Si no le interesa, no pregunte.

Una y otra vez me sorprende la capacidad que tenemos los seres humanos para juzgar al del lado. Debe ser por algo que la frase «ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio» es tan conocida y utilizada desde tiempos inmemoriales.

Fulana me dice que van a despedir a Mengana. Zutana me lo comenta y aprovecha de dar su veredicto frente a lo que considera un acierto. Le digo que no es problema de ella el rendimiento de la mentada. Al final importa si la ‘despedida’ está o no bien, lo demás es entre la empresa y ella.

Luego me entero que alguien pretendía hacer una campaña para ayudar a otra funcionaria que tiene muchos problemas económicos. La respuesta de un grupo fue que no lo harían porque «ella se quejaba demasiado y tenía que organizarse«. ¡Qué les importa el sistema de organización de ella! Si la generosidad de quien pensó en hacer la campaña no les toca, no cooperen y ya. Lo demás está demás.

En la misma línea. Hace un tiempo sugerí reunir dinero para una persona que vive con unas jaquecas intensas que sólo se le pasan con un medicamento carísimo. El comentario de alguien fue: » hazlo si quieres pero ya nadie la quiere ayudar porque ella incluso antepone a los desconocidos a su familia. Si tú le pides algo, ella va a tu casa y te ayuda pero no se preocupa de ella»    ¿Perdón? otra vez, ¡qué les importa! El tema es mitigar su dolor, no castigarla por su forma de vida que, por lo demás, es un ejemplo de generosidad.

Nos decimos un país solidario y lo somos cuando los terremotos y las inundaciones nos remecen, pero en el día a día…no existe la solidaridad de pensamiento. 

El tema me sigue espantando porque yo que venía de un medio «frívolo» como el showbiz local, estaba acostumbrada a no juzgar a nadie a menos que fuera cara a cara. Si alguien necesitaba más lucas (1), le dábamos datos de pitutos (2); si tenía un problema afectivo, l@ conteníamos; si no tenía auto, lo íbamos a dejar sin pedirle plata para la bencina ni aconsejarle que ahorrara ; jamás cuestionamos el modo de relacionarse con su pareja…

Entonces, cuando volví al «mundo normal» ,esperé lo mismo: que nadie se metiera con nadie, que cada uno respetara al otro y su historia pero me encontré que no era así.

Y no sé si eso tiene que ver con la formación estricta que recibimos, pero algo falla a la hora de plantarse en la vida. Lo vemos en lo personal y se hace patente en lo social. Vamos juzgando.

¿Cómo se llevan las campañas políticas por estos días? Desprestigiando al otro. Nadie es capaz de poner el acento en lo bueno del plan de gobierno que presenta sino en lo malo de su contendor. Los que llaman a votar tienen el argumento de que «no gane la derecha» o que «no siga la Concertación en el poder» … sin comentarios.

Ahora, todo esto nace de la pregunta diaria » ¿Cómo estás?» que se ha vuelto sólo una muletilla porque nadie escucha la respuesta y si lo hace comienza el tema del juicio. Debiera haber una máxima que diga: SE ASERTIVO. SI NO LE INTERESA SABER REALMENTE COMO ESTOY, NO PREGUNTE.

Y aunque este post parezca lleno de desazón, no lo es tanto. Es sólo que necesito plasmar la molestia que me provoca la situación, pero también quiero reconocer que todavía existe un grupo de gente sensible  que está al lado de los que quiere sin hacer comentarios, sólo queriendo, conteniendo y apoyando y esa es la gente que uno no sólo escoge sino que quisiera clonar. 

 Al que le venga el sayo…

(1): dinero  (2) pequeños trabajos anexos